Hay fronteras que limitan con tardes de cine contigo, y con helados de nata al borde de una playa en Septiembre. Hay fronteras que superan espectativas nunca antes pensadas, ni imaginadas, y que sin embargo, separan un tú de un mi, un nuestro de un siempre. Hay fronteras que duermen por la noche, y treguan, como si buscaran un afán de aferrarse a algo imposible, que por muy poco posible que sea, sucede. Hay fronteras que separan un simple roce de dedos, cruces de miradas, ganas de abrazos... Hay fronteras que con piedras se derrumban, y sé por experiencia, que no se recostruyen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario