.

A veces te pones a pensar en cuantas cosas valen la pena, en cuantas veces darías marcha atrás, cuantas decisiones cambiarías, pensamientos, palabras. Una vez leí que para vivir no hay que hacerlo ni en el pasado ni en el futuro, que lo que importa es el presente. Pero vivir en presente significa vivir con las cicatrices del pasado, con las huellas de aquello que sucedió y aunque no quieras recordarlo está ahí. Vivir en presente significa entonces caerte y sangrar y curar las heridas que te seguirán atormentando en el futuro. Creo que cuando te pones a pensar en esas cosas, en todo lo que has perdido o ganado, en todo lo que te ha cambiado o has cambiado sin querer... entonces es cuando dejas de vivir para pasar a sobrevivir, y yo no quiero sobrevivir, no quiero nudos en la garganta, ni la cara mojada, ni tener que decir palabras amargas de noticias que te hacen sentir como si no valieras para nada. Quiero vivir con todos los errores y las heridas, con esa adrenalina, con la injusticia y la desgracia que siempre tocan la cabeza de quien menos lo merece, por que aunque sea una mierda, aunque desee  volver a empezar, se que estaré viviendo, aunque me duela.