Las vidas vividas

No sé hacía donde me llevará todo esto, no estoy convencida, todo se va sucediendo inevitablemente, y funciona como una cadena de simulacros incontrolables de los que no puedes desprenderte. Resulta complejo, pero por dentro es como menos devastador, es diferente a todo lo que haya podido sentir en mi corta vida, no puedo explicarlo, es como cuando terminas de leer un libro, de ver una película, de escuchar una canción, y de mera consciencia propia y egoista, piensas en ser el protagonista de cada una de esas sensaciones que ahora van estallando más abajo de tu garganta. Intentas buscar respuestas pero se te acaban las preguntas. Es como uno de esos días en el que descubres algo, aunque sea insignificante, algo que te atormentaba desde, pongamos, desde que eras un niño, encuentras el por que y todo se vuelve absurdo y piensas en que te cuestionarás ahora. Crees que puedes inmolar los finales, volverte voluble, pensar en desaparecer mientras se van desvelando los acontecimientos. Pero después te das cuenta, de que en sí, nada, ni nadie, tiene solución alguna, todo es lo que creemos, todo se devora a si mismo y se va resbalando en un circulo vicioso de perspectivas y puntos de vista. No hay solución, ni final, ni resultado, aun que al fin y al cabo este sea, paradojicamente, el término.