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Había estado trazando con sutileza una nueva frontera que dividía nuestro colchón en dos países enfrentados en una guerra fría. Él disimulaba estar de acuerdo pero de vez en cuando, pensando que no era consciente, dejaba extendido su brazo hasta rozar sigilosamente mi espalda, cómo si tuviera miedo de que, aun en aquel espacio reducido, me pudiera perder. Yo disimulaba una sonrisa todavía con los ojos cerrados, imaginando las ganas que tendría de acercarse unos centímetros más, y después de unos segundos giraba lentamente mi cuerpo y volviendo la mirada hacia la suya me perdía, pero en sus ojos.

5 comentarios:

  1. A veces uno está menos perdido cuando se pierde en alguien.

    Ruth.

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  2. Sí, a veces es mejor perderse en otras personas :)

    Gracias por pasar, un saludo!

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  3. Al menos esta guerra fria tiene sentido. Aunque sea el cariño

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  4. Ojalá todas las guerras fueran así :)

    Gracias por pasar, un saludo!

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  5. Hay ojos que están hechos para perderse en ellos,cuerpos que se imantan en una misma cama.Esos son los peligrosos,los que te cautivan y atrapan;los cuerpos como esos son los que te hacen quedarte en la cama sin que importe nada más.
    Y sin darte cuenta, pasas de estar en guerra a disfrutar de una dulce rendición. Empezando a pensar que ese cuerpo que no es el tuyo, es algo más que eso.

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