Alguien me dijo una vez que los fantásmas viven en nosotros mismos por que los mantenemos con vida. Los alimentamos con nuestros miedos y se hacen invencibles. Por eso siempre vuelven, por que nunca se van.
Cada vez que se me aparece uno intento cerrar los ojos, mirar hacía otro lado, pero con el paso del tiempo, y los años, las tácticas no funcionan y los fantásmas se hacen más poderosos. Los alimentamos con cada duda y eso los hace inmortales. Ese alguien no me dijo que los fantásmas no son simpre el enemigo, que a veces vuelven para recordarnos que es aquello que hicimos mal, nos traen las piedras con las que tropezamos, las lágrimas que otros se dedicaron a secarnos por que en ese momento nosotros no podíamos. Pasas toda tú vida buscando saber quien es el culpable, cuando el único que comete cada error, que acoge a cada fantásma, eres tú mismo.
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