Pages


El accidente fué un martes, cualquiera, la carretera estaba completamente vacía, aún así era dificil conducir. Apenas se veían cuatro o cinco montañas, sólo cuando estaban cerca, y el paisaje era de un gris denso que no dejaba ver el sol. Con aquel mal tiempo la radio no funcionaba, ni habían cassettes en la guantera que no estuvieran quemados.
El asfalto empezaba a mojarse débilmente, quiso, inconscientemente, seguir el rastro de un frenazo, y cuando abrió los ojos el quitamiedos estaba ahí, lo creía irrompible, pero el precipicio le consumio, vio entonces la niebla de cerca, era fría, durante unos segundos hizo flotar al coche antes de arder en aquel desierto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario