Pages
,
Hay cosas contra las que no se puede luchar. A veces son pequeñas disputas, insignificantes o dolorosas, da igual, otras, somos nosotros mismos. Hace algunos años leí una frase, "nada cambia, todo se transforma", por aquel entonces le atribuí un significado bastante opuesto al que hoy descubro en ella. A veces las guerras interiores no sirven, y duelen demasiado, son una retórica absurda sobre algo que jamás lograremos, nunca seremos mejores personas, o peores, porque aunque cambiemos, más bien nos transformemos, la metamorfosis no es para siempre. Al final, cuando menos te lo esperas, vuelves a salir a flote y lo peor, es que, a veces, en esa búsqueda irracional por intentar ser quien no eres, por intentar dar más de lo que tienes o podrías tener, uno llega a perderse a si mismo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario