Pages

La luna estaba inservible bajo el opaco manto de las nubes nocturnas, fundiendose entre el sonido de los grillos y los neones intermitentes de la ciudad. Las indiscretas miradas felinas, brillando en los tejados, espiaban desde las más vertiginosas alturas. En aquel peligroso silencio, oscuro y distante, la noche caía con fuerza, intentando por momentos nublar la realidad de la vida, convirtiendola en un simple vacío, desértico y descontrolado.

1 comentario:

  1. Pero la realidad ya esta nublada bajo los no tan agudos ojos de la muchedumbre

    ResponderEliminar